Por el deseo de la lampara
Dinero bueno, dinero maldito sin duda algo que todos buscamos y queremos, pero no para la gente que nace rodeado de este.
Megara era una chica de 24 años la cual había nacido y crecido en cuna de oro, en toda su vida nada le había echo falta, la mejor ropa, las mejores escuelas, mejores vacaciones, mejor todo, ¿Qué mas podría faltarle a una chica rica, bella y joven?. Para ella tenerlo todo ya no era nada, detestaba tenerlo todo y se preguntaba como seria vivir lejos de los lujos y las excentricidades, ser libre del dinero.
En su cumpleaños numero 25, un familiar le regalo una lampara, como aquellas de los cuentos de las mil y una noches, con tonos dorados e incrustaciones de piedras preciosas. Ante tal regalo solo mostraría un leve asombro mentiroso y solo se limitaría a dar gracias.
Esa misma noche pasadas las 12, mientras que sus padres y la servidumbre dormían. Ella admiraba los regalos que le habían dado sus amigos y familiares. En un momento vio la lampara de incrustaciones. La vio de forma desagrádale como todos los obsequios que consideraba banales. En un acto infantil froto la lampara como en los cuentos -mmm, que estupidez- exclamo mientras se sentía tonta al hacer tal cosa, solo cosas de fantasías que los niños y los tontos creen.
-Sin duda alguna lo es jiji- Una persona desconocida, de ropas elegantes había aparecido de la nada, asustando a Megara y haciéndola gritar descontroladamente. Una de sus sirvientas llego a sus aposentos para ver que estaba pasando, la joven intento explicar que había un hombre en si cuarto, con preocupación la sirvienta busco en el cuarto de la joven, un cuarto del tamaño de un apartamento, pero no había rastro de algún desconocido, por el cansancio y mujer desistió, puede que solo lo haya imaginado, y la mujer abandono la habitación cerrando la puerta.
Detrás de la puerta, estaba aquel misterioso hombre
-Bueno señorita, sin mas intromisiones, me gustaría presentarme- exclamaba mientras encendía su cigarrillo con su dedo pulgar, Megara se quedaba asombrada e intrigada.
- ¿Quién o que eres ?-
-Pues por mas ... tonto jiji, que suene soy el genio de la lampara-
-¿Los genios son reales?.... entonces eso quiere decir que me mis tres deseos-
-Respuesta si, y sombre los deseos, ya solo seles permite a los humanos pedir un solo deseo-
-¿Por que?-
-Por que siempre desean cosas tontas o cosas caóticas, y siempre el tercer deseo es volver todo a la normalidad. Al limitarlo solo a uno la gente piensa muy bien lo que quiere pedir, así que dime, ¿Cuál es tu deseo?-
Ella lo piensa por varios minutos -Sabes, siempre me he preguntado como seria vivir, como la ´´gente pobre´´, ellos viven libres y sin preocupaciones, no necesitan del dinero para ser felices, quisiera ser libre como ellos-
-Lo que me pides es que cambie tu vida para que vivas como los podres que mencionas, es correcto?-
-Si, quiero saber que se siente ser una persona normal-
-Entonces solo formula lo que me dijiste em forma de deseo-
-Deseo ya no ser rica millonaria-.
En un abrir y cerrar de ojos el deseo de Megara fue concedido.
A la mañana siguiente, tenia una fuerte sensación e frio achampañado por una peste inmensa, que hacían que no pudiera conciliar el sueño. Cuando se despertó grito - Martita a ver si haces algo con esa peste- Pero ya no estaba en su cuarto y en su cama, se encontraba en la intemperie junto a un basureo, el miedo y pánico se apoderaron de ella, se sacudía y gritaba de un lado a otro pero el grito que salía de ella le asustaba aun mas, en un movimiento bruco callo al suelo cerca de un charco, donde apenas y vio el reflejo que la dejaría perpleja.
Se veía a ella como un hombre que le doblaba o triplicaba la edad, con ropajes viejos y desgarrados, dientes caídos y podridos, la voz que salía de ella o el, era difícil de describir era aguda pero ronca como su fuera una anciana la que hablara.
-QUE ES ESTO, QUE ESTA PASANDO- grito con temor
-Es lo que me pediste- el genio de la lampara se acerco a ella encendiendo otro cigarro, pero la peste era tanta que hasta el retrocedió un par de pasos.
-QUE ME HAS ECHO, YO NO PEDI NADA DE ESTO- respondió con desesperación
-Claro que si , tu me dijiste que querías ser libre del dinero y ser como una persona pobre, y que mejor que un ser que combina ambas cosas, jiji- respondió de una forma risueña y algo siniestra-
-Cuando dije ´´pobre´´ me refería a una persona de las que trabaja y viven en casa pequeñas y esas cosas, no a ser un vagabundo, no quiero esto, regrésame ahora mismo - .
-Bueno pues si lo hubieras dicho de esa manera, deberías saber que los genios tenemos un poco de malicia. Y sobre regresar.... me temo que no se podrá, solo un deseo por persona- *fuma su cigarro*
-QUE? NO PUEDES HACERME ESTO, QUE PASARA CON MI VIDA AHORA-
-Yo solo he echo lo que me pediste, y sobre tu vida no preocupes tengo un remplazo-
El señala que vea el charco donde anterior mente callo. Le muestra que en si anterior cama ella despierta igual de confundida, no sabe donde esta y quien siquiera es
-Se que puede ser difícil de comprender, pero tratare, puse tu alma en el cuerpo de este hombre, ESPLENDIDO NO ? :3-.
Ella retrocedió llevándose las manos a la cara en señal de miedo y preocupación - NO NO NO, no puedes hacerme esto-
-Lo siento querida pero lo echo, echo esta... adios- *el genio solo se da la vuelta y camina hasta hasta rodear un árbol, donde solo desaparece.
Durante los meses posteriores, la joven mendigo sin rumbo, pidiendo monedas para intentar comprar de comer, hurgo en los bauseros buscando. Sus vivencias no eran nada gratas, la gente la ignoraba, la gente de los restaurantes la golpeaba con tal de que no regresara y encontrarse con toros vagabundos como ella eran experiencias de terror y peligro. Todos las noches cuando podía encontrar un lugar donde dormir, se recostaba sobre su cartón y lloraba por si vida pasada hasta quedar dormida y para luego despertar en la inmundicia.
El dinero si bien puede ser algo mundano, es algo que todos necesitamos. El dinero no trae la felicidad del todo, solo lo trae de forma momentánea, para alguien que siempre lo tubo no significa nada. Sea una moneda con la cara de un presidente o un billete con la figura de una águila, un pato o un ajolote, nada de eso tiene valor, en la Dimensión Desconocida
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